Una familia iraní, muy pobre. Los padres y dos niños, chico y chica. Ella pierde sus zapatos, y para no causar un disgusto en casa, deciden no decir nada. Compartirán zapatos, tratando de ir del cole al hogar y del hogar al cole a toda velocidad, para poder prestar los zapatos al otro hermano.

A pesar del aparente exotismo del film, el director iraní Majid Majidi (El padre) cuenta una historia sencilla y universal. El retrato de los niños protagonistas, en su cautivadora inocencia, es magnífico y hace pensar en la dignidad y el espíritu de sacrificio que ayudan a sobrellevar la pobreza. Majidi fue candidato al Oscar al mejor film extranjero con Niños del paraíso; y asegura con contundencia que “el problema de la pobreza es el más acuciante de nuestra sociedad. No hacemos sino dar vueltas en torno a las desigualdades económicas y a la ausencia de justicia social. Es deber del arte continuar atacando esos problemas.”